3.- ¿Se puede hacer incidencia política desde el asistencialismo?

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  • Este debate tiene 13 respuestas, 1 mensaje y ha sido actualizado por última vez el hace 7 años, 8 meses por Enrique Arnanz. Presidente del patronato de Fundación Esplai. Madrid.
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    • #752
      Enrique Arnanz. Presidente del patronato de Fundación Esplai. Madrid
      Invitado

      Nos gustaría que puedas hacer aportaciones en este sentido… Muchas gracias

    • #775
      Marcos de Castro-Experto en economía social y solidaria. Ex presidente de Cepes-Madrid
      Invitado

      El asistencialismo no debe ser ni despreciable y ni el motor del discurso del TS. Es necesario cuando las exigencias de las soluciones que aporta el TS pasen por corregir situaciones de exclusión social. De forma que sin ese asistencialismo difícilmente se podrían corregir momentos de desgarro social. Pero hay que encuadrarlo como solución paliativa, no como «la solución» a las consecuencias indeseables del modelo social. Ha de servir, en la incidencia política, como expresión o denuncia del desgarro. Pero no como motor de propuestas, ya que éstas han de venir de la constatación del déficit social del sistema y de análisis rigurosos y críticos de la ideología o intereses dominantes.

    • #797
      Manel Rullo-Barcelona-Fundación Bancaria ”la Caixa”- Área Social – Programa Personas Mayores
      Invitado

      En mi opinión el cubrir las necesidades básicas humanas debe estar exento de política, pero entiendo que en períodos difíciles como los recientemente vividos, se haga necesaria la reivindicación, por parte de los profesionales de primera línea de acción, (ha sido gracias a su sobreesfuerzo que se han minimizado los recortes a los colectivos minoritarios que más cuidados necesitan, incremento de ratios, recorte de recursos…). Por ello creo que sí se puede. Y recientemente hemos visto que incluso se debe.

    • #817
      Chus Lago-Patronato F. Esplai- Vigo
      Invitado

      Pienso que el asistencialismo sirve como contraposición o revulsivo a lo que no debe ser la política social, lo cual no quiere decir que no sea necesario en un determinado momento. La asistencia inmediata será menos necesaria cuanto mas desarrolladas esten las política sociales. Una adminstración no debe centrar sus políticas de intervención en el apoyo en especies, en la dádiva, sino en el empoderamiento de los ciudadanos. Facilitar la igualdad de oportunidades, mejorar los niveles de empleo, una educación inclusiva, una sanidad universal y unos servicios sociales que sirvan de apoyo a los ciudadanos desde la optica de la integración, la normalización, la participación…

    • #828
      Pilar Álvarez-C. Asesor F. Espla-Madrid
      Invitado

      El asistencialismo , o mas bien el servicio social para los más desfavorecidos , en una sociedad tan injusta sirve para conocer de primera mano, donde están las injusticias, quienes son los que las padecen , cuáles son sus necesidades. Es una fuente de conocimiento para las organizaciones que deben saber analizarlas y transmitirlas a quienes pueden y deben instrumentar políticas sociales y denunciar como políticas que no parecen estar relacionadas pueden contribuir a la marginación de colectivos y personas. Eso sin contar con las alternativas que las organizaciones podrían ofrecery exigir a partir de situaciones bien conocidas por ellas

    • #836
      Iciar-Sergas-Vigo
      Invitado

      NO solo se puede sino que se hace. Creo que solo es válido el asistencialismo puro como forma de denuncia de una situación de emergencia.
      Sin embargo,estamos en una sociedad de selfis, 80 carácteres y experiencias dramáticas límites… Como hacer asistencialismo, ver grandes colas, escuchar una sola historia pero bien dramática, tienen una repercusión inmediata y directa, aviva los egos y las vanidades de quien pone la inyección y acalla voces incomodas…..Es como la comida rápida…al final es comida basura
      Si lo llevamos al terreno médico, están bien los cuidados paliativos, pero todo el mundo tiene claro que hay que luchar por la cura de las enfermedades..

    • #853
      Carles Barba-Fundesplai-Barcelona
      Invitado

      Asistencialismo es una expresión connotada negativamente en el ámbito de las ONG y de la izquierda ideológica en general. A mi me sirve más hablar de «atención a las personas».
      Ante el aparente dilema entre asistencialismo y política o acción paliativa o transformadora, desde mi punto de vista, estamos hablando de dos caras de una misma moneda. La moneda es la persona que tiene que tener garantizados sus derechos como ciudadano y debe aspirar a la plena autonomía. Coincido con Chus Lago cuando habla que el empoderamiento como objetivo de la acción social.

      No concibo la incidencia política desde el punto de vista de una organización sino está en contacto y ejerciendo la atención a las personas en cualquier ámbito, educativo, social, sanitario, cooperación internacional, medioambiental… Como dice Pilar esta acción proporciona conocimiento de la realidad pero también, añado, la posibilidad de generar procesos de autonomía y empoderamiento. También en la definición de las propuestas de política pública.
      Un ejemplo claro y cercano: la PAH. Se combina la atención a los desahuciados (acción asistencial?, paliativa?) con el empoderamiento de los afectados y a la vez con generación de creación de opinión y a la vez formulando propuesta de cambios legislativos y política públicas.

    • #873
      Lorenzo Casellas- Grupo Cooperativo Tangente-Madrid
      Invitado

      Desde mi punto de vista, el asistencialismo es lo contrario a la garantía de derechos. Hacer asistencialismo es hacer incidencia política, con los hechos, a favor de una forma graciable de entender la cobertura de las necesidades de las personas.

      Iciar dice en su intervención: «Creo que solo es válido el asistencialismo puro como forma de denuncia de una situación de emergencia». Convengo con ella en que el enfoque de denuncia debería teñir esas acciones realizadas por el Tercer Sector que en ocasiones pueden calificadas de asistencialistas, sin olvidar que en muchas ocasiones las administraciones también hacen asistencialismo.

      Creo que es importante insistir en que la clave está en hablar de derechos (derechos humanos; derechos económicos, sociales y culturales: DESC). Si entendemos el Estado (en su sentido más amplio) como una parte de lo común, lo que es de todas, ese Estado debería garantizar la cobertura de los DESC, con los recursos aportados por todas. Si el Estado no lo hace, recurrimos a la incidencia política (o a otras formas de reivindicación y acción organizada) y, en ocasiones, a paliar ese déficit en la garantía de la cobertura de derechos. Sería fundamental que las entidades del TS insistiesen en que esas actuaciones paliativas son necesarias por esos déficits de las administraciones públicas -a los que no son ajenas sus servidumbres con otros agentes económicos-.

      Otro asunto diferente es si la gestión de esos recursos públicos garantes de derechos debe hacerse a través de trabajadoras en plantilla de las administraciones públicas o a través de entidades sociales, mercantiles… Pero eso, creo, es otro asunto 🙂

    • #907
      Cristina Martín. Andecha, participación y trabajo comunitario
      Invitado

      Creo que la incidencia política sólo puede pasar por el asistencialismo en los casos en que se produce, simultáneamente, un proceso de empoderamiento, concientización y politización de las personas implicadas. Pienso, por ejemplo, el trabajo que se ha llevado a cabo desde espacios como la Plataforma de Afectados por la Hipoteca o en muchas de las despensas solidarias surgidas al calor de la crisis, procesos en los que, se cubrían determinados servicios básicos de las personas participantes, al mismo tiempo que se hacían parte de un proceso de reflexión, implicación y denuncia colectiva, de incidencia política en definitiva. estos procesos de empoderamiento e implicación son procesuales, y por tanto pueden tener una cierta componente asistencial en las etapas iniciales.
      Por lo demás, creo que el asistencialismo debería estar bien separado del trabajo de incidencia.
      Como decía Lorenzo, la clave para mí es hablar desde el enfoque de derechos. La cobertura de las necesidades básicas así como del resto de derechos recogidos en la Constitución es un derecho de todas las personas, y la labor de incidencia ha de hacerse desde la denuncia de la vulneración de esos derechos. La construcción de pequeños «paraestados» que suplan desde el Tercer Sector la carencia de los servicios básicos que son obligación y responsabilidad del estado ha de ser una práctica sólo si es compatible con la denuncia del incumplimiento de esas responsabilidades, de otra forma creo que no es debería ser admisible.

    • #909
      Juan Antonio Segura Lucas. Fundación Cepaim
      Invitado

      las medidas asistencialistas no están reñidas con la capacidad necesaria del sector de hacer incidencia política, no perdiendo su función de agente de transformación social. En contextos de grave deterioro y alta vulnerabilidad, como las que estamos viviendo como resultado de esta larga crisis económica, social y de valores, son estrictamente necesarias las acciones y las medidas asistencialistas, pero éstas deben ser coyunturales y estar encuadradas en estrategias de intervención de base comunitaria que nos permitan recuperar a las personas para después poder activarlas personal y colectivamente en su proceso de integración sociolaboral. sin cubrir las necesidades básicas del ser humano de alimentación, vestido, sanidad, acceso al agua y a la energía o de vivienda, no podremos poner en marcha procesos que nos permitan trabajar con las personas la motivación, autoestima, recuperación de la identidad cultural, reconocimiento de las propias capacidades, sentido de pertenecía al territorio, orientación, formación, capacitación, organización y estructuración.

    • #918
      Santiago González-Asociación Diversidades-Vigo
      Invitado

      Considero que es necesario ser cuidadosos con el lenguaje. Lo que venimos considerando como «asistencia» podemos desagregarla en tres vectores: 1) la intervención en emergencias; 2) la garantía de acceso a bienes y servicios básicos para la subsistencia cuando el Estado no puede o no quiere garantizarlos y 3) la organización popular progresiva en torno al acceso a esos bienes, como forma de acción colectiva (empoderamiento, concientización, movilización…). Esas tres dimensiones de la acción son necesarias en mayor o menor medida en nuestro contexto y no parece que vayamos a poder prescindir de ellas en el futuro.
      El «asistencialismo» es una forma de convertir en graciable lo que debería ser un derecho. Y, no lo olvidemos, esas formas de suplantación de los derechos por la provisión graciable, del derecho subjetivo de las personas por la decisión de un tercero, no sólo están presentes en los procesos de acceso a los bienes o servicios básicos (en estos han estado y han vuelto con motivo de la crisis). También se dan formas de asistencialismo en organizaciones formales e incluso profesionalizadas, cuando la libre determinación de las personas es sustituida por la imposición de nuestros propios proyectos (legítimos, pero nuestros al fin y al cabo).
      De acuerdo con este enfoque, podemos establecer alianzas entre incidencia política y diferentes formas de «asistencia social» que existen porque existe la desigualdad y la injusticia. Pero no podemos contemporizar con los discursos que sólo explotan el aspecto sentimental de los dramas humanos para conseguir recursos; ni con la instrumentalización de la acción social para conformar una ciudadanía pasiva y asistida, aunque sea desde sistemas de Servicios Sociales.

    • #980
      Julio Alguacil_activista social_profesor sociología UC3
      Invitado

      La cultura asistencialista es castradora y dificulta la resiliencia de los sectores vulnerables y excluidos. Como una estrategia exclusiva solo lleva a la subordinación y dependencia de las entidades sociales de las instituciones, y de los «beneficiarios» de las entidades e instituciones asistenciales. Naturalmente, que en contextos de desigualdad, empobrecimiento y urgencia social, la asistencia salva a las personas individualmente y es irrenunciable, pero debe enfocarse desde el punto de vista de la solidaridad entre las personas y los grupos, como iniciativas paliativas con vocación de ser provisionales, y complementarias a la acción social transformadora de las entidades. En lo fundamental, la incidencia política del tercer sector de acción social debe orientarse a democratizar radicalmente las instituciones y a que cumplan de forma eficiente con sus obligaciones en relación a los derechos humanos y la dignidad humana. Su estrategia debe orientarse a otorgar de instrumentos transformadores a los sectores desfavorecidos, concienciando, movilizando, organizando, articulando, empoderando… a los sectores vulnerables y excluidos en la conquista de sus derechos sociales.

    • #987
      Tomás R. Villasante-Profesor jubilado de la UCM y miembro de la Red CIMAS
      Invitado

      En estas respuesta se ven las posturas que rescatan de una forma u otra el asistencialismo como algo necesario. Es una concepción política que crea dependencia y no autonomía de la gente. No es la auto-organización de la gente, sino una forma de la caridad de toda la vida, de las clases altas con mala conciencia, o con miedo a las posibles revueltas o revoluciones. Se le puede llamar solidaridad o caridad, o asistencia a los necesitados, pero si se acaba ahí lo que se pretende, no deja de ser una actividad para servir al sistema neo-capitalista y calmar a la gente con necesidades.
      Si no hay una cierta capacidad de auto-conciencia y de auto-organización desde los sectores necesitados, construyendo sus propia capacidad de sobre-vivencia, seguimos en un asistencialismo que deja buena conciencia a los poderosos, y crea dependencia a los más necesitados. Aquí se ven las diferencias.

    • #1007
      Amparo Moreno Vaño. Consejo Asesor F. Esplai Valencia
      Invitado

      «Asistencialismo: «Actitud política orientada a resolver problemas sociales a partir de la asistencia externa en lugar de generar soluciones estructurales.»
      He buscado definiciones sobre asistencialismo y ésta me ha parecido bastante clara, porque expresa las dos partes de la acción, la necesidad de resolver un problema y la negación de otras acciones.

      La contestación a la tercera pregunta es rotundamente NO. Desde el asistencialismo solo se puede asistir, atender a personas con necesidades básicas no cubiertas. La incidencia política deberemos conseguirla simultáneamente, pero por otros caminos, analizando las causas de que existan estas situaciones, denunciando estas injusticias, con propuestas que cambien esta realidad.

      Otra cosa es que estas realidades existen y requieren acciones inmediatas de atención y ayuda, las personas que las sufren deben ser asistidas. Y nosotros, el Tercer Sector debemos involucrarnos, pero dejando claro, en todo momento, que estas acciones deberán realizarse solo MIENTRAS TANTO. Es decir, la pobreza es una realidad injusta, que debiera avergonzarnos a todos. Sabemos que es fruto de una mala organización social y de  políticas que provocan enormes desigualdades y que sirven a intereses económicos despiadados. Sabemos que las cosas se pueden hacer de otra manera, que hay que cambiar esta forma de vivir, pero también sabemos que estos cambios son lentos. Yo no paso hambre ni graves necesidades, yo puedo esperar. Pero las personas en situación de pobreza y exclusión no pueden esperar, necesitan soluciones inmediatas y hay que proporcionarlas, mientras tanto.
      Pero paralelamente deberemos proponer soluciones que incidan sobre las causas de estos problemas. Y no solo hacia el ámbito de la administración y la política, también hacia la sociedad. La recogida y reparto de alimentos es algo fácil y económico y tranquiliza muchas conciencias. Muchas personas acuden rápidamente a estas llamadas., incluso las organizan, pero no les interesa oir hablar de derechos, justicia, igualdad. La demanda de una renta básica provoca suspicacias. Como se apuntaba en uno de los comentarios precedentes «no podemos contemporizar con los discursos que sólo explotan el aspecto sentimental de los dramas humanos para conseguir recursos; ni con la instrumentalización de la acción social para conformar una ciudadanía pasiva y asistida, aunque sea desde sistemas de Servicios Sociales·.

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