1. Adquisición de competencias TIC

[Gabriel González]

En la encuesta previa hemos podido detectar los más comunes de las TIC y las redes sociales: mantener contacto con familiares y amigos, buscar información de algo concreto que interesa a la persona usuaria, consumir o descargar contenidos multimedia, entretenerse y divertirse, y compartir fotos y videos en las redes sociales. Sin embargo, se detecta poca importancia del estratégico de estas herramientas digitales para mejorar la vida personal y colectiva. Hablamos de educación en línea, e-salud o tecnopolítica, como usos poco practicados por la ciudadanía en lo que se ha venido en llamar la Tercera Brecha Digital. El resultado es comprensible, pero nos sitúa en una posición de desventaja para fomentar la voluntad de protagonizar el uso digital y la adquisición de competencias digitales de alto nivel.

¿Cómo podemos fomentar la adquisición de competencias de alto nivel y/o el uso estratégico de las TIC (salud, educación, democracia) a partir de sus usos más cotidianos (mantener contacto con familiares y amigos, buscar información de algo concreto que interesa a la persona usuaria, consumir o descargar contenidos multimedia, entretenerse y divertirse, y compartir fotos y videos en las redes sociales)?

[Gabriel González]

Muchas veces cuando pensamos en competencias TIC o competencias digitales lo que nos viene a la cabeza son los conocimientos y habilidades técnicas necesasrias para utilizar herramientas digitales (utilizar paquetes de Ofimática, navegar en la Web, manejarse en las redes sociales o instalar aplicaciones en el móvil). Al hablar aquí de competencias de alto nivel y uso estratégico de las TIC abordamos un análisis de la Brecha Digital que va más allá del acceso a Internet y las competencias técnicas, y que nos plantea nuevas formas de identificar las dificultades para el ejercicio de una ciudadanía digital activa:

– La primera brecha digital es aquélla que se refiere al acceso (o falta de él) a las infraestructuras tecnológicas (Internet, aplicaciones, dispositivos).
– La segunda brecha digital se refiere a las competencias técnicas de uso, a la llamada alfabetización digital. Una brecha que escuelas, bibliotecas y telecentros vienen abordando de manera prioritaria en los últimos años.
– La tercera brecha digital, que se suma (no sustituye a las otras dos), se refiere al uso estratégico de las TIC para mejorar la vida personal y colectiva. Hablamos de educación en línea, e-salud o tecnopolítica, por mencionar solamente tres casos donde dicha brecha es ya más que patente.

En este sentido, la Fundación Esplai está planteando unas competencias digitales de alto nivel entendidas como la combinación de conocimientos, habilidades y actitudes en el ámbito de las TIC, que las personas despliegan en situaciones reales para alcanzar objetivos determinados con eficacia y eficiencia, promoviendo un uso crítico y responsable de la información a la cual se accede y se comparte, accediendo a servicios que mejoren la salud, la formación y la participación de la ciudadanía [Documento base].

¿En qué consistirían entonces estas competencias digitales de alto nivel? Tal vez tiene que ver con conocer las posibilidades de formación y auto-formación en entornos digitales formales (universidades) e informales (webinars, foros, comunidades de aprendizaje), o con cultivar la co-responsabilidad social y la voluntad de participar activamente de la vida política desde las bases, o con entender la propia salud como un proceso «autogobernable» en el que me informo, entiendo mi expediente sanitario, consulto con mi médico y busco apoyo en comunidades de pacientes. Estas competencias tienen que ver con habilidades y actitudes. ¿Es posible integrar estos aprendizajes en los programas de alfabetización digital? ¿Existen otros espacios para el desarrollo de tales aprendizajes?

[Gloria González]

La tiranía de las TIC
Me gustaría reflexionar «en voz alta» sobre algo que me preocupa.
Hablemos antes de la brecha socioeconómica y cultural. Y las TIC la pueden hacer más profunda. Es tanto el poder de Internet, tan vertiginosos los avances, somos tan adictos a lo nuevo, a lo que se nombra en «inglés»… que estamos dejando, gracias a las TIC, a muchos ciudadanos apartados de la cultura, de la participación, de lo social, de lo político… mucho más fuera. La brecha digital comienza con la brecha de la falta de oportunidades y de las desigualdades económicas y culturales. El acceso a las TIC, aunque existiera, no es suficiente. Tener Internet en el móvil, participar de todas las redes sociales habidas y por haber, saber decir «postcast» no nos acerca. La inclusión pasa por el pensamiento, por la conciencia, por la participación en la sociedad en el nivel que sea. En realidad, las TIC nos separan mucho más porque nos separan en lo educativo, en lo que nos hace más capaces o incapaces.

[Gabriel González]

Gloria,
no creo que la tiranía sea de las TIC. Culpar a las herramientas de lo que solo es responsabilidad de un sistema educativo, social o político, sería lo mismo que decir, que los libros y la capacidad lectoa separan más las personas porque hay quien puede acceder a libros y leer y quien no puede. Obviamente que se abre un brecha entre los que tienen acceso y puede hacer uso de cualquier tipo de herramienta, pero no culpemos a la herramienta sino a las políticas sociales, económicas y educativas que no garantizan ese acceso y la adquisición de esas competencias.
Es verdad que las TIC pueden agrandar las diferencias entre las personas y ser un vector de exclusión más, pero dar la espalda a la evolución digital y a todo lo que nos ofrece es, bajo mi humilde opinión, imposible e irresponsable. Lo que hay que garantizar son las condiciones para que todo el mundo las pueda utilizar de forma responsable y útil para si mismo y para los demás, para comunicarse, aprender, participar, cuidar su salud y ser más autónomo.
Eso sí, está claro que hay mucho camino por recorrer. Son herramientas nuevas el uso de las cuales tiene implicaciones que ahora solo empezamos a vislumbrar, y las dificultades técnicas y de aprendizaje que imponen, las diferentes capacidad intergeneracionales, chocan con las competencias que realmente nos llevaran a aprovecharlas más allá de los usos más extendidos de la actualidad.

[Inés Bebea]

Recomiendo echar un vistazo a la campaña europea Media and Information Literacy que tiene por objetivo “que los participantes puedan desarrollar su capacidad crítica de pensamiento en torno a la tecnología e identifiquen como ésta modela nuestra cultura y sociedad, que sean capaces de evaluar mensajes distribuidos a través de los medios digitales según sus experiencias, habilidades y valores y sean capaces de distribuir los suyos desde una conciencia crítica.” Aquí se definen también algunas competencias digitales de alto nivel:
– Desarrollar habilidades de pensamiento crítico
– Comprender cómo los mensajes digitales y multimedia dan forma a nuestra cultura y nuestra sociedad
– Identificar las estrategias de marketing digital
– Reconocer qué es lo que los creadores de contenidos quieren que creamos y hagamos
– Saber nombrar las técnicas de persuasión utilizadas
– Reconocer sesgos, desinformación y falsedades
– Descubrir las partes de la historia que no están siendo contadas
– Evaluar los contenidos digitales en base a nuestras propias experiencias, habilidades, creencias y valores
– Crear y distribuir contenidos propios
– Abogar por la justicia mediática e informativa

Creo que incorporar este tipo de competencias puede aportar en esta línea, especialmente en educación. Esto podría incluirse en el currículo digital tanto en experiencias educativas formales en escuelas y universidades, como en alfabetización digital en espacios informales, a través de actividades y proyectos.

[Gabriel González]

Excelente aportación Inés. Al final, parece que esas competencias de alto nivel tienen que ver más con la gestión crítica y creativa que hacemos de la información que encontramos y de los contenidos que aportamos, que de las habilidades en el uso de las herramientas digitales. Se trata pues de que con un lápiz o una tableta seamos capaces de seleccionar los contenidos, contrastarlos, crearlos y ser creativos aportando visiones y soluciones, todo convenientemente bañado por un respeto hacia los demás, que tras una pantalla en ocasiones no tenemos tan presente como deberíamos. En definitiva, que lo digital no nos haga perder de vista lo fundamental.

[Autor]

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