El pasado mes de junio, dentro del programa Reconecta: Inclusión laboral para personas jóvenes privadas de libertad, en el marco de Justicia Educativa, los y las participantes del proyecto, elaboraron un podcast contando su experiencia y sus vivencias desde el encierro.

Lo hicieron junto a participantes del programa Reconéctate que llevamos a cabo en varias prisiones de la Comunidad de Madrid y de Castilla la Mancha, de preparación para la vida en libertad.

 

“Verme otra vez dentro, dije: he tocado fondo, esto tiene que cambiar. ¿Qué es lo que me ha llevado a perder mi infancia y años de vida en la cárcel? Eso es lo que me hizo a mí cambiar. A nadie le gusta estar encerrado, pero yo doy las gracias por volver a la cárcel, porque me hizo despertar. Yo estaba en coma. Pensamos que la droga que es una vía de escape temporal, pero luego te genera un infierno eterno, te marca para toda la vida”
Karim

“Al final te reinsertas si tú quieres. Por más que te ayuden, que trabajen el delito contigo, que te ayuden a cambiar el pensamiento… Nunca vas a cambiar si tú no quieres”
Miguel

“Cuando sales en libertad, sales del pozo, no sabes dónde ir. Te agobia todo, te sientes rechazado, te sientes abandonado”

Karim

Para entender lo que supone la privación de libertad desde diferentes ámbitos, diferentes circunstancias y diferentes perspectivas, hemos querido establecer una comparación entre los centros penitenciarios de adultos y los centros de cumplimiento de medidas judiciales para menores de edad.

En este primer capítulo del podcast, nuestros participantes hablan del tratamiento, de las consecuencias en la familia, del consumo de drogas dentro de los centros, de cómo es el día a día estando dentro, de sus aspiraciones y motivación para cambiar y volver a estar en libertad…

 

Al preguntarles cómo fueron sus primeros días dentro de los centros de menores o de los centros penitenciarios, Ismael nos dice que “creía que iba a ser más llevadero el centro, que no me iba a hacer falta consumir, pero cuando empecé a salir empecé a ver que en el centro tenía problemas, y lo veía necesario”. Muchas veces, estos chicos y chicas se refugian en el consumo de drogas para nublar la realidad tan oscura que están viviendo y el sufrimiento al que se sienten sometidos.

Por otro lado, a esta misma pregunta, Zeus nos respondió: “los primeros días lo pasas mal, pero luego te acostumbras”. Y qué duro tiene que ser acostumbrarte a vivir encerrado. A un entorno violento, antinatural, y normalizar el vivir privado de libertad.

 

 

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