Como entidad de acción social, entendemos que es nuestra responsabilidad devolver la mirada a prisión, a quienes la habitan y a sus familias como una cuestión social y comunitaria. Por ello, desde 2009 ponemos nuestro foco en las personas privadas de libertad y en sus familias, a través de la acción directa y el acercamiento socioeducativo, ofreciendo programas de adquisición de competencias digitales, sociales y transversales, con un claro enfoque de preparación para la libertad y de acompañamiento.

¿Qué es para nosotros la justicia educativa?
NUESTRA ESCUELA DE JUSTICIA EDUCATIVA:
HACIA UNA PRISIÓN DEL SIGLO XXI
Vivimos en un mundo cambiante y tecnológico, donde lo digital se ha convertido en un eje de inclusión o exclusión en nuestras comunidades. Vivimos en el siglo XXI, y la prisión no puede seguir siendo un espacio visto y sostenido desde un enfoque de otra época. Las cárceles son un servicio público y las personas que cumplen pena de prisión siguen siendo ciudadanos y ciudadanas, parte de nuestra sociedad, no solo una vez cumplida su condena, sino durante su cumplimiento. Nuestra Escuela de Justicia Educativa pretende contribuir a la modernización del tratamiento penitenciario, a través de diversas líneas de actuación.


Concienciación contra el estigma social
La formación en materia penitenciaria, a través de diversos cursos regulares –Educación y prisión, Voluntariado y Prisión– y de acciones formativas variables, dirigidos a estudiantes y personas que quieran dedicarse, o ya se dediquen, al ámbito social directa o indirectamente relacionado con personas reclusas, exreclusas, o sus familias. La sensibilización social para la reducción del estigma que pesa sobre la población reclusa y sobre sus entornos familiares, a través de distintos eventos y ponencias anuales, en los que siempre contamos con testimonios en primera persona, que dan voz y ponen cara a historias y personas invisibilizadas tras una etiqueta que perpetúa el estigma y dificulta una integración social adecuada.

