El encarcelamiento de un familiar no solo afecta a la persona privada de libertad, sino que también impacta enormemente en su familia. Entre las muchas consecuencias está la soledad, fruto del miedo a la estigmatización. En este contexto, los espacios de encuentro para las familias de personas privadas de libertad juegan un papel crucial, ya que permiten promover la resiliencia y el bienestar emocional de los miembros de la familia. Estos espacios proporcionan un ambiente de apoyo donde los y las familiares pueden compartir sus experiencias, aprender de otras personas en situaciones similares y sentirse acompañados/as en su proceso.
La carga emocional que supone tener a un ser querido en prisión puede afectar negativamente la salud mental de los familiares, generando estrés, ansiedad y depresión. Los espacios de encuentro proporcionan una plataforma para abordar estas problemáticas de manera colectiva.
Además, no solo sirven como refugio emocional, sino también como una plataforma para abogar por los derechos de las personas privadas de libertad y sus familias. Muchas veces, las familias se enfrentan a la invisibilidad y la discriminación, y los encuentros pueden convertirse en un espacio de visibilidad. En este sentido, se transforman en un punto de apoyo no solo emocional, sino también en una plataforma para promover cambios en las políticas penitenciarias y en la percepción social de las personas privadas de libertad y sus familias.
Es por todo ello que desde Fundación Esplai hemos realizado encuentros que, en este caso, están abiertos también a la ciudadanía en general.
El 10 de octubre, junto a Solidarios para el desarrollo, realizamos un encuentro en el que hubo representación de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, además de contar con la participación de Asociación para la Mediación y Pacificación del Conflicto (AMPC), CONCAES y Asociación Alamedillas. El encuentro contó con los testimonios de varios familiares de personas reclusas, que pudieron transmitir a las más de 40 personas asistentes (familiares, trabajadores/as y personas voluntarias de entidades sociales y estudiantes del ámbito social), el impacto, sufrimiento y dificultades que tienen en su día a día como consecuencia del encierro.
Todo ello se llevó a cabo gracias a la financiación del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 para la realización de actividades de interés social.
Además, el 29 de octubre realizamos otro encuentro de familiares junto a casi 30 personas, en su mayoría estudiantes, para poder contar las duras historias que los/as acompañan por la privación de libertad, en este caso, de sus hijos. Pudieron transmitir la crudeza de la prisión, tanto para su familiar como para ellos/as, visibilizando así su realidad y luchando de esta manera contra su propia estigmatización.
Este encuentro se ha llevado a cabo con la financiación de la Consejería de Familia, Juventud y Asuntos Sociales de la Comunidad de Madrid con cargo al 0.7 del IRPF.