La prisión no afecta solo a la persona encarcelada, sino que su impacto se extiende a sus familiares. Las familias de las personas privadas de libertad viven una experiencia dolorosa y compleja que a menudo queda oculta para la sociedad. Las consecuencias emocionales, psicológicas y económicas, entre otras, también recaen en su entorno.
Una de las primeras consecuencias de tener un ser querido en prisión es el impacto emocional. Las familias atraviesan una montaña rusa de emociones que incluyen la tristeza, la ira, la vergüenza, la culpa, la frustración y la ansiedad. Para muchas personas, la encarcelación de un familiar es una experiencia desgarradora, no solo por la separación física, sino también por las implicaciones psicológicas de esta separación. La persona encarcelada ya no es parte del día a día familiar.
Las mujeres que tienen parejas encarceladas o hijos en prisión experimentan especialmente todas estas emociones, además de un gran desgaste emocional. En muchos casos, son ellas quienes mantienen el hogar, lidian con las tensiones familiares, “cuidan” a su familiar preso y, además, cargan con el estigma social asociado con tener a un ser querido en prisión. Este estigma puede generar sentimientos de aislamiento, ya que algunas personas tienden a juzgar o a distanciarse de las familias. Así, la familia se ve obligada a llevar su dolor en silencio.
El estigma que enfrentan las familias de personas privadas de libertad puede ser devastador. En muchas ocasiones son vistas con desconfianza o con juicio. Esto puede hacer que las familias se sientan marginadas, lo que contribuye al aislamiento social. Este estigma puede profundizar la sensación de vergüenza, provocando que muchas familias no busquen apoyo o ayuda profesional por temor al rechazo o a la desaprobación. El aislamiento puede llevar a una mayor carga emocional, ya que las familias se sienten solas en su sufrimiento. El miedo al juicio externo les impide a menudo compartir su dolor con amistades o incluso con otros miembros de la familia.
Las familias también deben enfrentarse a una serie de incertidumbres relacionadas con la prisión. En muchos casos, los familiares no tienen información clara sobre la realidad de la persona presa, lo que genera una constante preocupación. La falta de comunicación y la opacidad de los centros penitenciarios crean un clima de ansiedad que no solo afecta a la persona encarcelada, sino también a sus seres queridos.
La institución penitenciaria, en muchos casos, no brinda suficiente apoyo a las familias de las personas reclusas. En lugar de ofrecer un apoyo integral, muchas veces la institución tiende a centrarse solo en la rehabilitación del recluso (o eso dice la norma), sin tener en cuenta las consecuencias para su entorno familiar. Esto es un grave problema ya que la reinserción social de las personas privadas de libertad en la sociedad no solo depende de su reeducación individual, sino también del apoyo que reciban sus familias para poder superar los desafíos que enfrentan y el trabajo que se realice con ellas para preparar la reincorporación de la persona presa una vez retome la libertad.
Es por todo esto que desde Fundación Esplai Ciudadanía Comprometida ofrecemos apoyo y acompañamiento a las familias. Para ello, el pasado sábado 14 de diciembre, organizamos una jornada de encuentro entre varias mujeres con su familiar privado de libertad. Esta jornada ha supuesto un espacio de apoyo, de expresión de las emociones y de refuerzo de la relación donde todas las personas tuvieron libertad para expresarse sin ningún tipo de juicio.
Queríamos agradeceros la sesión y las dinámicas realizadas, gracias por la atención y gracias por recibirnos. Estamos muy contentos de haber podido compartir este espacio en el que hemos podido expresarnos con libertad y conocer cómo se sintió la otra parte durante todo este proceso. Gracias por todo lo que hacéis por nosotros, tanto dentro como fuera.
Si tienes algún familiar en prisión, y tienes dudas sobre el funcionamiento interno de las prisiones, necesitas hablar, ser escuchada/o, sentirte comprendida/o, algún tipo de acompañamiento, o necesitas algún tipo de apoyo, no dudes en contactar con nosotras.
Todo ello se realiza gracias a la financiación del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, con cargo al 0,7% del IRPF.