La brecha digital, es uno de los problemas a los que deben enfrentarse millones de personas a diario. Esto es debido a que el proceso de digitalización es desigual en los distintos sectores de la población y se ha hecho més evidente durante la crisis del coronavirus. 

En España, aproximadamente el 70% de la población tiene un nivel de uso y comprensión básico de las tecnologías informáticas. Además se estima que un 13,6% de hogares no tiene acceso a una conexión a Internet en casa. Durante el periodo de confinamiento, se ha podido observar la verdadera gravedad de la situación. Multitud de individuos han tenido dificultades o les ha resultado imposible adaptarse al teletrabajo o a las clases online. Esta brecha, es causada entre otras razones, por el propio mercado de la electrónica dado que la tecnología evoluciona continuamente y esto produce la necesidad de adquirir nuevos dispositivos que tienen un coste elevado y además tienen una potencia superior a la necesitada por la mayoría de la población. Dicho mercado, tiene además un alto impacto medioambiental y humanitario como: La gran cantidad de residuos tóxicos generados por las operaciones mineras necesarias para la extracción de materiales esenciales para la fabricación de teléfonos móviles. O, por ejemplo,  la deforestación provocada por la extracción de oro debido a su valor como conductor. O también los minerales conflictivos, que son materias primas de origen mineral vinculadas a violaciones de los derechos humanos. Se extraen en zonas de guerra o con fuerte presencia del crimen organizado. En las minas de las que proceden estos minerales se vive una situación similar a la de los diamantes de sangre.

Entonces, ¿qué se puede hacer para mejorar esta situación?

En primer lugar, hay que definir el concepto de economía lineal. Esto significa que se adquiere un producto y cuando deja de ser útil o sale un nuevo modelo, se tira y se compra uno nuevo. Como alternativa a este modelo, se propone la economía circular, que promueve el reciclaje, especialmente la reutilización de dispositivos electrónicos, alargando así su vida útil. De esta manera, además de reducir el impacto ambiental, se facilita el acceso a la tecnología a más personas al ser equipos más asequibles económicamente. En España existen iniciativas como eReuse, formada por una comunidad de asociaciones y organizaciones que promueven la economía circular y social. Fundación Esplai, junto con otras asociaciones (Asociación Cultural la Kalle, Solidança, Andrómines, Fundació Trinijove, Donalo o Banc de Recursos, entre otras) forma parte de esta comunidad decidida a aportar su granito de arena para transformar esta situación a través de la economía social y solidaria que genera un circuito de recirculados de material informático. Los principales destinatarios de estos equipos son las ONG y los centros educativos, aunque durante la pandemia también se han ofrecido este tipo de equipos a hospitales, centros penitenciarios, centros de menores e incluso particulares

¿Qué hemos podido hacer desde Fundación Esplai gracias al circuito durante este curso?

Durante el curso 2019-2020 hemos podido recepcionar un total de 208 dispositivos de los cuáles hemos llegado a recircular 175 (80 pc’s, 20 portátiles, 10 tabletas y 60 dispositivos móbiles). Todo ellos gracias al trabajo colaborativo del circuito y la implicación del personal en prácticas de los cursos de Microinformática del departamento de Formación de nuestra entidad hermana Fundesplai.  Muchos de estos dispositivos fueron entregados durante los meses más duros de la pandemia pero seguimos actualmente involucrados en este proceso. De este modo, pudimos dotar de dispositivos a muy bajo coste o a coste 0 a las siguientes entidades y  personas:

Durante todo el proceso los equipos son trazados gracias a las herramientas de software proporcionadas por el proyecto eReuse y existe un compromiso por parte de las entidades beneficiarias de introducir los equipos y sus componentes en los circuitos de separación y reciclaje locales para su posterior tratamiento una vez agotada su vida útil. Animamos a resto de entidades y redes a explorar los beneficios colectivos que estas prácticas pueden reportar para ellas y para nuestro entorno.

Guillem Porres, Área Socioeducativa y de e-Inclusión

 

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Fundación Esplai Ciudadanía Comprometida somos una entidad sin ánimo de lucro que tiene como misión promover el empoderamiento ciudadano y su compromiso con la mejora de la sociedad, desde la perspectiva de los derechos, la inclusión y la transformación, y con una especial dedicación a la juventud. Todo ello mediante la intervención social comunitaria, la acción socioeducativa y la inclusión en el ámbito de las tecnologías de información y la comunicación, trabajando en red con el Tercer Sector y con el resto de agentes sociales.