Durante el año 2024, Fundación Esplai dinamiza el Debate del Tercer Sector entorno al tema de la «Innovación Social y el Tercer Sector». Hemos entrevistado a diferentes personas expertas que nos aportan su visión y propuestas sobre diferentes aspectos relacionados con este tema, poniendo el foco en el liderazgo juvenil, el voluntariado, el trabajo en red y la transformación digital.

REPRODUCIMOS LA ENTREVISTA A ARMANDO ROTEA MOLERO

Armando Rotea es el actual Presidente de la Plataforma Andaluza de Voluntariado.
Licenciado en Ciencias de la Información (Periodismo) por la Universidad Complutense de Madrid. Vicepresidente de la Mesa del Tercer Sector de Andalucía y gerente de la Plataforma del Voluntariado Social de Sevilla. Voluntario desde 1988 y formador de voluntariado desde 1998, es profesor del curso de expertos de AFA en entidades no lucrativas y miembro del comité de reflexión ética de la Plataforma del Voluntariado de España. También participa como miembro de su junta directiva en la Red Andaluza de Aprendizaje-Servicio.

¿De qué manera influyen las personas voluntarias en la capacidad de innovación de las organizaciones sociales?

Cuando hablamos de innovar en las organizaciones de voluntariado, es primordial conocer y acompañar la figura de la persona voluntariaDesde “su” mirada dibujamos siempre un diagnóstico, un proceso y una ejecución de los proyectos diferente. Diferente porque ese modo de ver las cosas va consustancialmente unido a la condición de persona voluntaria, es decir, alguien que, por un lado , se detiene, observa y fija su comprensión en la realidad deteriorada que le ocupa en esa organización. Dicho de otro modo, “coge” e interpreta la realidad desde la distancia, pero la resuelve desde la proximidad. Esa mirada es claramente un aspecto que no podemos ni infravalorar, ni eliminar en nuestros proyectos sociales para que sean innovadores. Siempre digo que la visita a una persona mayor un domingo por la tarde desde la pausa y el acompañamiento certero, nos da siempre ideas nuevas y sosegadas apara abordar las problemáticas. Ahí normalmente están las personas voluntarias.

¿Con qué barreras se encuentran los voluntarios y voluntarias para impulsar innovaciones en nuestras organizaciones?

A menudo nuestras organizaciones se “encorsetan” de tal manera que seguimos un guión anual donde es difícil alterar el “status quo”. Muchas veces por miedo y por temor a perder el sitio de la financiación, o la historia de la asociación. La figura del voluntariado en las últimas décadas ha evolucionado sustancialmente, y pide más participación, y más presencia significativa en las entidades, pero no siempre se encuentra, y esto hace que en una población voluntaria, mayoritariamente adulta, se adopten funciones más operativas (necesarias siempre) pero menos estratégicas, y estas cuestiones se dejan para directivas, que por otro lado acaban en ocasiones saturadas de estrategia, sin darse cuenta que lo verdaderamente innovador es acercar a todas las partes hacia la definición de objetivos. Cuando digo todas las partes, no sólo hablo de personas voluntarias, sino también de usuarios/as, personal de administración y servicios etc. No es la primera vez que nos encontramos una buena valoración de una ONG por la atención recibida por parte del personal de limpieza que en ese momento estaba trabajando cuando llegó la familia con su enferma de cáncer.

¿Qué ventajas aporta el trabajo en red para la innovación en el Tercer Sector y cuál es la experiencia de la Plataforma en este sentido?

Nuestra visión en este aspecto pasa ineludiblemente por conocer, vivir, y experimentar lo que supone el trabajo en red. Todo lo demás son teorías, generalmente acertadas, pero no penetran en el entramado social de las organizaciones. Ponerse de acuerdo es difícil, trabajar en red es, sencillamente un reto. Desde que en Sevilla en 1987, 7 organizaciones se pusieron de acuerdo en crear la Plataforma del Voluntariado sevillano, la misión de ésta pone el trabajo en red por encima de todo. Hoy, la Plataforma Andaluza reúne a cerca de 600 entidades en todo el territorio a través de 8 plataformas provinciales. A día de hoy, queda mucho camino por recorrer, pero hay brotes que animan a pensar que la confianza, el respeto, la colaboración, y pensar “con luces largas” entre las organizaciones es la innovación más real que existe para el propio Tercer Sector. La creación de una Mesa andaluza en 2013, suma organizaciones, suma objetivos, y debe sumar también resultados. Algunas adaptaciones de leyes, como la de discapacidad, la generación de otras, como la del Voluntariado o la del propio tercer Sector (en elaboración), son algunos logros y ventajas que tiene ese trabajo, imposible hacerlo desde la individualidad por muy asociativa que sea. Estamos condenados a entendernos, porque como decía un buen amigo “o nos organizamos o nos organizan…”
En Andalucía se puso en 2014 en marcha el programa “Tú sí que faltas”.  Una suma de vínculos en red que han posibilitado después de 10 años la sensibilización en voluntariado de más de 10000 chavales en Sevilla. Tipos de redes “echadas y trabajadas”: la primera, entidad social y fundación bancaria (Plataforma de Voluntariado de Sevilla y Fundación Cajasol). Ambas lideran y ejecutan el proyecto. Segunda; Plataforma de voluntariado y sus entidades. En el proyecto participan unas 20 entidades miembro cada año para ofrecer un espacio, el primer espacio, de voluntariado a los chavales de ESO y Bachillerato. Tercera, Plataforma de voluntariado y centros educativos. En esta red conocemos la realidad de esos centros y su sensibilidad para acercar a los alumnos/as la solidaridad, y cuarta, entidades y centros educativos. Esa experiencia ha sido en muchos casos la primera de muchas ya que esos chavales al final se han incorporado al voluntariado de la organización. Por último, celebrar todo eso en un encuentro donde todos ven lo de todos en una expresión palpable de los beneficios de una red de redes.

¿Cuáles son los principales retos que enfrentan las redes, plataformas del Tercer Sector actualmente desde el punto de vista de la innovación?

Probablemente los retos giren en torno a la demostración palpable de ese trabajo en red. No sólo sirve reunirse, sino que el personal técnico, el voluntariado, y en general todo el mundo asociativo necesita comprobar, y de manera continua, que los resultados de ese trabajo se ven, se pueden evaluar, y sobre todo, son percibidos por la sociedad a la que se deben, especialmente a la sociedad más vulnerable a la que comprometieron su trabajo cuando se fundaron. ¿Cómo verlo? Siempre desde una mirada comprometida pero agradecida… y de celebración. No olvidemos el aspecto celebrativo de nuestros proyectos. No se trata de vanagloriar ni de exaltar exageradamente nuestro trabajo, sino de compartir las buenas prácticas desde la oportunidad de transmitir lo que se hace bien, esté o no premiado por los múltiples convocatorias o certámenes. La participación de “lo vulnerable” en esa celebración es clave para entender esos procesos para dignificar su persona y hacer que su realidad deteriorada comience a verse de una manera menos asistencial y más comprometida.
Otro aspecto que nos frena y nos dificulta innovar es el estrecho mundo que vislumbramos cuando sólo ponemos nuestra innovación y nuestros recursos en un solo cesto. El cesto de las subvenciones públicas. Muchas veces nos “abducen” y colocamos en esos formularios cosas que no somos, aspectos que otros quieren que seamos pero que no siempre responden a la misión, o al Plan estratégico de la entidad si es que lo tenemos. Desde ahí es muy difícil innovar. A esa Administración pública, como hemos sugerido en muchas ocasiones, debemos contar nuestras desesperaciones e incomprensiones para abordar técnicamente muchas de sus convocatorias. Sobre todo cuando hablamos de pequeñas organizaciones que por otra parte suponen hoy en día más de 80% del tejido asociativo. De igual manera, la Administración pública, como ya lo están haciendo las empresas o todo el sector educativo con la metodología del Aprendizaje-servicio, debe acercarse y compartir el idioma de las entidades y del Tercer Sector. Las dos partes salen ganando. La pedagogía de los procesos en ambos sentidos es no necesaria, sino urgente. Las causas de la necesidad en España piden a gritos este entendimiento, y la salud mental de las personas que trabajan en estos lares también.

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