El pasado miércoles 28 de mayo, Miguel Rodríguez, Coordinador Territorial de Galicia en Fundación Esplai, participó en la jornada « Galicia é-Tecnolóxica» en representación de EAPN Galicia.

El encuentro reunió a representantes de distintos departamentos de la Administración autonómica y a personas usuarias para reflexionar sobre como descubrir y adaptar a las necesidades específicas de Galicia las oportunidades que ofrecen avances tecnológicos como la inteligencia artificial, la nueva economía del dato, la robotización de procesos administrativos o de procesos de producción, el internet de las Cosas o la ciberseguridad. 

Durante la intervención compartida con la Dirección Xeral de Simplificación Administrativa (DXSA) y el Centro de Supercomputación de Galicia (CESGA) , desde EAPN Galicia se puso sobre la mesa una realidad que afecta cada vez a más personas: la digitalización no puede construirse a costa de la equidad.

La cara B de la digitalización: exclusión y barreras invisibles

Desde la experiencia de trabajo con colectivos en situación de vulnerabilidad —personas sin hogar, migrantes, mayores o familias con bajos recursos—, se denunciaron las múltiples brechas que genera una digitalización sin perspectiva social:

  • Falta de acceso: sin dispositivos adecuados, conexión o espacios seguros, miles de personas quedan fuera del sistema.
  • Brecha de competencias: no basta con tener internet, hay que saber usarlo. Y muchas personas no han recibido formación básica en competencias digitales.
  • Deshumanización de la atención: sustituir el contacto humano por pantallas invisibiliza y desprotege.
  • Burocracia digital compleja: la digitalización ha hecho aún más difícil acceder a derechos básicos para quienes no dominan la tecnología.
  • Riesgo de invisibilidad social: sin acceso digital, muchas personas no existen administrativamente.

Miguel Rodríguez

Coordinador Territorial

«Una administración moderna no es la más tecnológica, sino la que más cuida. Digitalización sí, pero con humanidad, equidad y visión social».

Ejemplos reales: cuando una buena app no sirve para todos

Un ejemplo claro fue el análisis del uso de la app del SERGAS para gestionar citas médicas. Aunque suele considerarse un modelo de eficacia técnica, desde los talleres de alfabetización digital organizados por Fundación Esplai se detectaron obstáculos reales: iconos poco intuitivos, colores difíciles de interpretar, botones confusos y falta de instrucciones claras. Si la interfaz no es comprensible, el derecho a la salud también se convierte en inaccesible.

Por eso, se propone avanzar hacia un sistema digital público basado en principios de diseño universal: símbolos comunes, colores reconocibles, estructuras estables. Como un código de circulación digital que garantice seguridad y autonomía a toda la ciudadanía.

La clave: acompañamiento y mirada social

A pesar de que desde EAPN Galicia se valoran los esfuerzos de la administración en el impulso de plataformas como la Carpeta Cidadá o los sistemas de videoconferencia, se subraya que queda mucho trabajo por hacer y es clave que se realice desde el enfoque social y humano.

La diferencia entre saber usar una herramienta y entender qué se está haciendo radica en el acompañamiento. Cuando este existe, crece la confianza. Por eso, durante la intervención se insistió en que las iniciativas de formación digital deben estar ligadas al trabajo de las entidades sociales y al conocimiento de la realidad de las personas.

Desde Fundación Esplai compartimos esta visión: la tecnología puede y debe estar al servicio de la justicia social. Solo una digitalización centrada en las personas garantizará una ciudadanía plena e inclusiva.

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