El pasado jueves 13 de noviembre, Día Mundial de la Calidad, en Fundación Esplai Ciudadanía Comprometida quisimos poner en valor el significado profundo que tiene para nuestra entidad estar certificada bajo la norma ISO 9001.
Esta certificación no es solo un requisito técnico o un distintivo formal. Es, ante todo, una forma de entender cómo trabajamos, cómo aprendemos y cómo mejoramos día a día para cumplir con nuestra misión social.
En Fundación Esplai, la calidad está presente en cada acción: en la planificación de nuestros proyectos, en la gestión de los recursos, en la atención a las personas participantes, en la coordinación con las entidades del territorio y en el compromiso de todo el equipo humano.
Contar con la certificación ISO 9001 significa que nuestros procesos se desarrollan con criterios de eficacia, transparencia y mejora continua, garantizando que cada iniciativa que impulsamos contribuye realmente a fortalecer la inclusión digital, el voluntariado, la formación y la participación ciudadana.
Pero más allá de los procedimientos, la calidad también se refleja en nuestros valores institucionales: en la escucha activa, en el trabajo colaborativo, en la innovación social y tecnológica, y en la búsqueda constante de nuevas formas de generar impacto positivo.
En estas fechas se están realizando auditorías internas de nuestra ISO 9001 de calidad, y es un momento clave para aprender y crecer como organización. Ello nos permite conocer a fondo nuestros procesos y metodologías, identificar oportunidades de mejora y fomentar una cultura de aprendizaje.
Por todo ello, celebramos ese día reafirmando nuestro compromiso, seguir mejorando para ofrecer más y mejores oportunidades a las personas y comunidades con las que trabajamos, porque la calidad no es un destino, es un camino que recorremos juntas, juntes y juntos.