La experiencia nos dice que muchos de los jóvenes que terminan ingresando en un centro penitenciario de adultos han pasado alguna vez por un centro de menores, ya sea de protección o de reforma. Incluso cuando no es así, son muchos los que se mueven en entornos o llevan a cabo dinámicas que antes o después los pueden llevar a una situación de privación de libertad en cumplimiento de una medida o pena, según el caso. Por eso, además de una intervención socioeducativa de calidad orientada a la reinserción de estos jóvenes una vez que ya han infringido las normas sociales y se han enfrentado al sistema judicial, es esencial trabajar la prevención con el fin de intentar evitar que, quienes aún no lo han hecho, lleguen a él.
En este sentido, siempre es aconsejable y positivo que las entidades y los y las profesionales que trabajan con jóvenes en conflicto o potencial conflicto con la ley, no solo se conozcan entre sí y trabajen en red, sino que compartan espacios de reflexión y debate, así como ejemplos de buenas prácticas que puedan contribuir al fin común y a la reducción del estigma que recae sobre este sector de población, tan a menudo en el foco mediático.
Desde Fundación Esplai tenemos esa vocación de generar espacios de información, formación y sensibilización que ayuden a desmontar tópicos, reducir estigmas y desigualdades y garantizan una intervención profesional de mayor calidad por parte de las entidades del tercer sector.
Compartiendo aprendizajes en nuestra Escuela de Convivencia y Justicia Educativa
Aprovechando el marco del curso sobre Intervención socioeducativa con jóvenes en prisión que cada año realizamos en el Centro 14-30 Espacio Joven – centro de recursos para jóvenes, monitores/as y coordinadores/as de tiempo libre, animadores/as, educadores/as, profesores/as y otros/as profesionales del ámbito social y educativo -, organizamos una sesión extra en forma de Mesa de Intercambio de Buenas Prácticas en la intervención con menores en situación o riesgo de conflicto con la ley. A ella asistieron cerca de 40 personas, entre el alumnado del curso (futuros/as o recién iniciados/as profesionales en el ámbito juvenil) y otras personas invitadas, que tuvieron la oportunidad de conocer de cerca diversos proyectos y metodologías de intervención en este ámbito.
Entre las experiencias compartidas, destacaron el proyecto PIJ – Proyecto de Intervención Integral e Interdisciplinar con Jóvenes para la Prevención de la Violencia en los distritos de Tetuán, Villaverde, Usera y Vallecas de Madrid – y un proyecto piloto de intervención con jóvenes de diferentes agrupaciones juveniles en la prisión de Madrid V, ambos de la entidad FUNDO, entidad nacida a iniciativa de la Embajada de la República Dominicana en España para luchar contra la violencia juvenil. El programa de apoyo a jóvenes en situación de vulnerabilidad trabaja directamente con líderes e integrantes de agrupaciones juveniles callejeras para trabajar en procesos de pacificación, en colaboración con técnicos y profesionales, contribuyendo a la regeneración de los barrios en los que trabajan a partir de una idea clara, respaldada por diversos estudios antropológicos: que las bandas no son la causa de la violencia, sino la consecuencia de una situación de exclusión.
Contamos también con las aportaciones de diferentes educadoras que trabajan en centros de menores de diferentes tipologías, como el centro de régimen semiabierto ‘Las Palmeras’, el Centro de Primera Acogida de Hortaleza o el Centro El Laurel.
La principal conclusión, compartida por todos los profesionales y las profesionales que participaron y asistieron, fue que el enfoque educativo es clave tanto en la prevención como en la resocialización de menores y jóvenes, siendo necesario superar enfoques prioritaria o excesivamente basados en la retribución, el régimen y la seguridad, más típicos de modelos obsoletos. Para ello, la formación y capacitación de quienes trabajan (o trabajarán) en este ámbito es esencial, siendo necesario garantizar una oferta formativa de calidad acorde a metodologías socioeducativas innovadoras que muchas veces es difícil de encontrar.
Por ello, en nuestro proyecto Escuela de Convivencia, el trabajo en red y la formación de profesionales son acciones centrales que siempre complementan a la acción directa con el grupo objetivo, en este caso, juvenil. La Escuela de Convivencia se realiza gracias a la financiación del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, a través de subvenciones con cargo al 0,7% del IRPF y el Impuesto de Sociedades. Por favor, en tu próxima declaración de la renta, no olvides marcar la casilla de Fines Sociales para que Fundación Esplai Ciudadanía Comprometida y otras entidades sociales podamos seguir realizando nuestra labor. Muchas gracias.