La creación de nuevos empleos, profesiones, servicios tendrá un desarrollo espectacular durante este siglo.
La afirmación del enunciado tiene su origen en el desarrollo de la actividad humana. Los primeros humanos eran primordialmente “cazadores”, posteriormente con el asentamiento en áreas concretas fue extendiéndose la actividad de “recolector” cuyo eje era el trabajo de la tierra, la recolección y los servicios relacionados con esta actividad principal: construcción de herramientas, manipulación y conservación, transporte, comercio, etc.
Pero a finales del siglo XVIII principios del XIX, se produce la revolución industrial que produjo una transformación tecnológica, social y económica de profundo calado, pues fue sustituyendo el trabajo manual por trabajo mecánico, con una fuerte oposición de aquellos trabajadores que veían en esta tecnología una amenaza a su actividad profesional: el llamado ludismo que ha llegado hasta nuestros días con el nombre de neoludismo.
Esta transformación ha sido el motor para la creación de nuevos estudios y profesiones que han propiciado un crecimiento espectacular de la humanidad tanto en las áreas del conocimiento, salud, derechos humanos y laborales, bienestar social, etc.
Hoy, aproximándonos al primer cuarto del siglo XXI, la digitalización, la automatización, la robotización, el machine learning hacen que las máquinas vayan ganando terreno en la sustitución del ser humano, pero analicemos en qué tareas:
- Manuales
- Cognitivas
Ambas se subdividen en:
- Repetitivas
- No repetitivas
En mi opinión, las tareas o trabajos con más riesgo de ser sustituidos son los “manuales repetitivos”. Ejemplos paradigmáticos son el montaje de tapones o etiquetas en las líneas de envasado de líquidos.
Las labores “cognitivas repetitivas” también se encuentran dentro de este proceso de sustitución dado que el avance del conocimiento tecnológico mediante técnicas como el aprendizaje automático o machine learning propiciarán paulatinamente la automatización.
¿Dónde tenemos nuestro espacio los humanos? En todas las labores no repetitivas que no lleven aparejada una rutina de ejecución y en cambio tengan un componente de creatividad, pero esto nos lleva a la necesidad de revisar como aprendemos de forma continuada.
Desde aquel inicio del XIX el ser humano ha mudado, creado infinidad de nuevos empleos, trabajos y muchos tuvimos que reinventarnos. Los que lograron hacerlo con éxito precisaron de conocimientos, imaginación y evolución personal y profesional con una formación actualizada constantemente.
Es aquí donde enlazo con el enunciado de este artículo. Creo firmemente que solo el conocimiento, la preparación y capacitación permanente del ser humano, es la senda que debemos recorrer para mantener la capacidad de creación de nuevos empleos, mantenimiento de la actividad y un mejor reparto de la riqueza.
Resumiendo: nos encontramos inmersos en una nueva era, una nueva “revolución industrial” que llevará aparejada, al igual que la primera, grandes cambios tecnológicos con sus riesgos y oportunidades donde solo aquellas personas con una estrategia de aprendizaje y mejora de sus competencias profesionales que estén dispuestas a lidiar con la tecnología y a aprovechar sus posibilidades, podrán beneficiarse de las oportunidades.
No perdáis nunca la ambición de saber.
Jesús Yustos (ingeniero jubilado voluntario en Fundación Esplai).
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